Su cita sorpresa era un abogado convertido en guionista de televisión y productor, David E. Kelley. Estaba en el trámite cuando, en enero de 1993, se dejó convencer por un buen amigo y aceptó una cita a ciegas. Alentado por algunos de los más influyentes clubes de la ECA bajo el amparo UEFA encontró sin embargo rechazo por clubes y algunos de los organismos nacionales de liga como el español, el inglés y el francés, alegando que podría desestabilizar las competiciones locales.